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Centro de Simulación Médica Montagne

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Abre sus puertas el Centro de Simulación Médica Montagne.

Montagne fue el nombre designado para el Centro de Simulación Médica de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Marista de Mérida, que comenzó a funcionar en este curso escolar.  En este espacio, uno de los más modernos del país y sin lugar a dudas el mejor del Sureste, los futuros médicos, nutriólogos y fisioterapeutas que se forman en esta institución desarrollarán habilidades y aptitudes con las que destacarán en su ejercicio profesional. 

     Montagne fue la inspiración, el motor de san Marcelino Champagnat para fundar el instituto religioso, cuyo carisma inspira esta universidad. 

     Dentro de un mes se cumplirán ciento noventa y nueve años del encuentro entre un joven y un religioso, en un  paraje llamado Les Palais, en la región del Monte Pilat, Francia. Hasta ahí acudió el recién ordenado sacerdote Champagnat, para asistir a un moribundo de apenas diecisiete años, Juan Bautista Montagne.

     Eran tiempos convulsos, de radicalismo y confusión.  Montagne nunca había escuchado sobre Dios; moría y no sabía qué había más allá. «¡Padre Marcelino, ayúdeme!», imploró el joven, postrado ya en la cama. Champagnat, entonces, le habló al desahuciado de ese Ser Supremo que lo recibiría con gran amor porque era su Padre. Y de María, que era su madre... Intensas, reconfortantes horas. Champagnat tuvo que ir a visitar a otro enfermo, y cuando regresó, Montagne ya había fallecido. Pero su muerte no fue en vano, ya que en ese 28 de octubre de 1816 se encendió una chispa en el interior del santo que todavía hoy arde como hoguera, iluminando y reconfortando a cientos de miles de Montagnes.

     En el Centro de Simulación Médica Montagne, los alumnos de la Universidad Marista no sólo adquirirán habilidades y pondrán en práctica conocimientos técnicos, sino que ahí se hará énfasis en el trato humano, de acompañamiento al doliente; se ejercitará el consuelo y la esperanza… Se ejercerá la medicina con el carisma que dictó san Marcelino Champagnat hace ya casi dos siglos. 

     En ese espacio de aprendizaje y enseñanza, por medio de robots, se simula una completa serie de dolencias para que el estudiante pueda practicar. De partos a infartos, de leves fracturas a severos traumas; suturas, inyecciones, entubamientos… Todo está dispuesto a manera de hospital, para que la recreación sea lo más completa posible. Incluso, se bautiza a los muñecos, con el fin de humanizar el ejercicio y fomentar en los alumnos la empatía y cercanía con sus pacientes. 

Innovación marista

Esta es precisamente la mayor innovación de este sitio. Universidades e instituciones de educación médica cuentan con simuladores; sin embargo, en la gran mayoría éstos se encuentran en espacios aislados. El Centro Montagne los reúne en un sólo sitio, recreando el ambiente en donde los estudiantes ejercerán su profesión. 

Este hospital virtual de enseñanza en competencias médicas cuenta con once simuladores de cuerpo completo (uno cardiopulmonar, una embarazada, uno de cuidados intensivos, dos de cuidados hospitalarios, un adulto mayor, uno de calidad de resucitación, un niño de seis años, uno de tres meses, un recién nacido y un recién nacido de cuidados intensivos), doce tórax para enseñanza de reanimación cardiopulmonar,  nueve simuladores para la práctica de cuidado de la vía aérea, cuatro simuladores para la práctica de primeros auxilios en atragantamiento y cinco brazos para la práctica de punción venosa.

También, tres kits para práctica de sutura de heridas, un equipo de rescate, un desfibrilador  automático, un quirófano equipado para prácticas de técnicas quirúrgicas, salas de partos,  de neonatos,  cuidados intensivos, aprendizaje de patologías cardiopulmonares, hospitalización con cinco camas, prácticas de procedimientos médicos, reanimación y cursos de competencias médicas y de revisión y puesta en común de competencias médicas; dieciséis cámaras de videograbación para revisión de procedimientos, quince equipos de cómputo, medios electrónicos y accesorios de control de simuladores y programas para el desarrollo de escenarios de estudio y un consultorio para atención médica de pacientes reales.  El centro está a cargo de los doctores Gregorio Cetina Sauri y Herbert Puga Matú, con el auxilio de la ingeniera biomédica Joeana Cambranis Romero, quien opera los softwares de los robots.

Puesta en marcha

«Este hospital virtual es un parteaguas», calificó el Dr. Jorge Mendoza Mézquita, titular de la Secretaría de Salud de Yucatán, cuando lo recorrió.  El Centro de Simulación Médica Montagne comenzó a funcionar, oficialmente, este viernes, en una ceremonia que dio inicio a las ocho de la mañana. Se dieron cita en la Universidad Marista autoridades públicas de Yucatán, encabezadas por el Dr. Mendoza Mézquita y el Ing. Ricardo Bello Bolio, director de educación Superior de la Secretaría Estatal de Educación, así como directivos, maestros y alumnos. Las palabras iniciales estuvieron a cargo del rector Miguel Ángel Baquedano Pérez, quien destacó el esfuerzo que se refleja en este nuevo espacio de aprendizaje. 

El hermano marista Eduardo Brondo González, por su parte, compartió la historia del joven Montagne, y resaltó la importancia de que los jóvenes que aquí se forman para ser médicos, nutriólogos y fisioterapeutas compartan el ardor de Champagnat de sanar cuerpos y almas.  El doctor Jorge Carlos Bolaños Ancona, director de la Escuela de Ciencias de la Salud, fue el encargado de guiar el recorrido que se realizó por las modernas instalaciones en las que funciona el Centro de Simulación, explicando, con el apoyo de su equipo docente y alumnos, cómo funciona cada uno de los robots. 

«La diferencia entre un sueño, una brillante idea y una realidad», enfatizó el secretario estatal de Salud, «es la actitud, la tenacidad y la pasión que pueda tener la persona o las personas que para hacer que ese sueño se haga realidad».  «Muchos de nosotros», prosiguió, «hemos soñado con practicar, con enseñar con un área como la que hoy nos han mostrado. El hecho de que hoy estemos aquí, de que este centro sea en una realidad, se debe a que la Universidad Marista ha tenido  la actitud, la tenacidad y la pasión para hacer realidad su sueño». Un sueño que, tal vez, soñó incluso Champagnat al constatar la soledad de Montagne.

El ingeniero Bello Bolio, a su vez, recordó que la educación escolar no es un proceso escolar, «es la formación de los estudiantes para lograr el bienestar de la población, y esto es lo que está haciendo la Universidad Marista». «Yo no los felicito, les reconozco el trabajo…», dijo. «Para la felicitación, falta aún mucho camino por recorrer; pero éste es el inicio».

«La perspectiva es enorme», les aseguró a los presentes en la inauguración, especialmente a los alumnos presentes. «No se olviden que éstas sólo son máquinas, recursos; lo más importante son las personas, es la voluntad. El esfuerzo, la tenacidad, el crecimiento de su inteligencia y de su humanidad es lo que nos va a hacer grandes».

Fotos: Universidad Marista de Mérida y redes sociales del periódico La Vieja Guardia.

 

Fuente: www.maristas.org.mx